No parece que los españoles nos tomemos muy en serio la eficiencia energética. Al menos no es una cuestión decisiva para comprar o alquilar una casa. Por nuestro bolsillo y en beneficio general, tal vez las cosas cambien con la etiqueta energética de las viviendas, que será de obligado cumplimiento desde el 1 de junio. De lo poco que nos importa la eficiencia energética daba cuenta una reciente encuesta de Fotocasa. Este factor es lo menos importante para los encuestados a la hora de elegir su vivienda y lo sitúan en sexto lugar. Aún así, los encuestados valoran el hecho de que la vivienda cuente con un buen aislamiento contra el frío y el ruido. La importancia que le damos a la certificación energética tal vez cambie con la nueva etiquetaPero nos importe o no el factor de eficiencia energética, medido con su etiqueta, está aquí y ha llegado para quedarse. La etiqueta energética es un certificado por el que se verifican las características energéticas, obteniendo así una calificación energética. Desde ya, y de modo obligatorio desde junio, es exigible a los edificios de nueva construcción. Como explican desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales, la etiqueta de eficiencia energética debe figurar en toda oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta o alquiler de la vivienda o local. Las inmobiliarias deberán exhibir la etiqueta energética en sus anuncios.Como una lavadora, de la A a la GEl certificado permitirá determinar la calidad de la vivienda desde un punto de vista de ahorro energético. La etiqueta energética clasifica los edificios desde la A (Favorable) a G (Desfavorable). Un buen certificado permitirá detectar donde se producen los gastos innecesarios en instalaciones debidos a malas condiciones de la vivienda o instalaciones, permitiendo al propietario aumentar la calidad de la vivienda que desea vender o alquilar. Los inquilinos o nuevos propietarios podrían beneficiarse de ahorros de hasta el 31%. La etiqueta será obligatoria desde el 1 de junio y tendrá una validez de 10 añosCada empresa o profesional puede ofrecer libremente tarifas para certificar viviendas. El precio dependerá de lo que le ofrezca el profesional que realiza el estudio. Según los Ingenieros Industriales, si se quiere obtener una buena estimación del gasto anual en energía así como el estudio de la inversión que sería necesaria para conseguir ahorro energético y por tanto económico, el coste del certificar una vivienda estará en torno a los 250 euros. Aunque según otras estimaciones el certificado podría costar entre 90 u 300 euros. El certificado tiene una validez de 10 años, por lo que su repercusión anual es muy baja. Los potenciales ahorros a obtener superan con creces el coste del certificado. No tener el certificado puede suponer sanciones de hasta 600.000 euros, en función su gravedad. Puesto que la etiqueta energética debe incorporarse a toda oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta o alquiler, se podría sancionar a propietarios o a inmobiliarias. Finalmente, conviene saber que el Gobierno ha puesto en marcha una serie de ayudas para las comunidades de propietarios, agrupaciones de comunidades o propietarios únicos de edificios de viv